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martes, abril 13, 2010

ORACIÓN.”SEÑOR JESÚS EN MI DEBILIDAD DAME FUERZAS”.

IMAGEN:SÚPLICA EN LA DEBILIDAD…

«POR CREERNOS AUTOSUFICIENTES SUFRIMOS DE MODO INNECESARIO,CUANDO PODRÍAMOS ACUDIR A LA MISERICORDIA DE DIOS».MEGF.(MIERCOLES 14 DE ABRIL DE 2010)

ORACIÓN.”SEÑOR JESÚS EN MI DEBILIDAD DAME FUERZAS”.
POR PROF.DR.MERVY ENRIQUE GONZÁLEZ FUENMAYOR.
MARACAIBO-ESTADO ZULIA-REPÚBLICA DE VENEZUELA-AMÉRICA DEL SUR.
REDACTADA Y PUBLICADA EN LA RED: MARTES 13 DE ABRIL DE 2010.

O R A C I Ó N

Señor Jesús mi fe sufre momentos de gran debilidad, mis fuerzas comienzan a flaquear y mis miedos, temores y ansiedades perturban mi sana y santa paz. Los momentos pasados en los cuales viví apartado de ti, se recrean incesantemente en mi mente, y con ellos las sensaciones y complejos de culpabilidad .He pensado en que tu misericordia me abandonó, ven en mi auxilio Señor Jesús, puesto que mis enemigos y las flechas incendiarias del maligno pretenden causarme daño. Se que tu estás siempre conmigo y que el perdón a mis pecados me lo concediste al morir en la cruz, venciendo a la muerte, al pecado, al maligno, para luego resucitar en gloria ,ascender al cielo y sentarte a la derecha del Padre, para restaurar tu reino en la segunda venida. Gracias Señor Jesús por escucharme y concederme la fortaleza, la confianza y el fortalecimiento de mi fe en tu amor, tu perdón y misericordia, que por medio de esta oración te he pedido. Amen y amen….

C O M E N T A R I O

A P L I C A C I Ó N A N U E S T R A V I D A.

Nadie ha podido eludir las situaciones en las que, aparentemente, Dios nos ha abandonado, en la que sentimos un nivel acentuado de impotencia, soledad, nerviosismo y fragilidad. Estos momentos aunque parezca paradójico, son necesarios para templar nuestro espíritu, paciencia y paz. Son pruebas que, de cuando en cuando, aparecen en nuestras vidas para fortalecernos. Recordemos que nuestro Señor Jesús se vio tentado varias veces por el innombrable, no obstante su condición de hijo de Dios. Por ello, no temas, Dios esta con nosotros siempre hasta el final de los tiempos, y no existe nada que para El no sea posible o no pueda solucionar .Además como hijos que somos de Dios, hemos recibido su auxilio y protección eterna…para que ninguna de sus criaturas se pierda. Ánimo, gozo, alegría…

IMAGEN:SÚPLICA EN LA DEBILIDAD…

«POR CREERNOS AUTOSUFICIENTES SUFRIMOS DE MODO INNECESARIO,CUANDO PODRÍAMOS ACUDIR A LA MISERICORDIA DE DIOS».MEGF.(MIERCOLES 14 DE ABRIL DE 2010)

Para citar este artículo: si se tratase del caso ejemplificado
GONZÁLEZ FUENMAYOR, Mervy Enrique .El Ejercicio del Principio Inquisitivo: ¿Ofrenda a la Ética o a la Justicia?. Maracaibo, Venezuela La Universidad del Zulia. 28-Enero-2009. Disponible en: http://www.inemegf.blogspot.com)
©..DERECHOS RESERVADOS
FORMA Y REQUISITOS EN LA CITA DE ARTICULOS, NOTAS, REFLEXIONES AUTORÍA DE MEGF. REDACTADA EL 01 DICIEMBRE DE 2009.
1.-REQUISITOS DE LA CITA ELECTRÓNICA.
¿Como citar los artículos, reflexiones, notas cortas, oraciones y otros materiales, en su versión electrónica, autoría de Prof. Dr. Mervy Enrique González Fuenmayor? Para citar las reflexiones, artículos, notas cortas, oraciones y otras materiales contenidos en los Blogs de Prof. Dr. Mervy Enrique González Fuenmayor, sírvase colocar la siguiente nota: GONZÁLEZ FUENMAYOR, Mervy Enrique .Título de la publicación. Blog de Dr. Mervy Enrique González Fuenmayor, o los títulos de alguno de mis otros blogs Año. [En línea]. Puesto en línea el (fecha de publicación). URL: http://mervyster.blogspot.com/…./ Consultado el dia (fecha de consulta)
2.-REQUISITOS DE LA CITA A PARTIR DE LA VERSIÓN IMPRESA O DE AQUELLA QUE SIN HABER SIDO PUBLICA, FORMA PARTE DEL PATRIMONIO DE LAS INSTITUCIONES ACADÉMICAS, EDUCATIVAS, CULTURALES O DE LAS DIVERSAS BIBLIOTECAS.
¿ Como citar la versión impresa? Primero.- : datos del autor: GONZALEZ FUENMAYOR( los apellidos del autor todos en mayúsculas) y luego los nombres( solamente la primera letra en mayúscula ) Mervy Enrique. Segundo.- El titulo( entrecomillado y todo en mayúsculas ) del articulo, nota corta, reflexiones, oraciones etc. ejemplo “CUARTILLA A MARACAIBO” .Tercero.- El lugar de publicación o impresión( Ciudad y País ) ejemplo Maracaibo-Venezuela, o Bogotá-Colombia. Cuarto.-La editorial que lo imprimió o diseñó: ejemplo: Vadell Hermanos Editores (la primera letra en mayúscula).Si lo que se va a citar se encuentra presentado a alguna Institución biblioteca d académica, educativa, organizaciones publicas o privada, y/o permanece en alguna(s) biblieca(s), o acaso ese material a citar no se ha impreso o publicado, entonces se coloca el nombre de esa Institución u Organización, Biblioteca, etc. ejemplo. La Universidad del Zulia, La Organización de Naciones Unidas, Biblioteca Central del Estado Zulia, etc. Quinto.-Se coloca el año de presentación, impresión o publicación. Ejemplo: año 2008. Sexto.-El total de las paginas del artículo, notas, reflexiones etc. el numero de las paginas consultadas .Ejemplo: Articulo de 35 paginas. Consultadas: 28-32.

Publicado por Mervy Enrique Gonzalez Fuenmayor en 9:49 PM

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Oración: “Prepárame, Señor”.

Por Mervy Enrique González Fuenmayor.

Tomada de su versión original del lunes 09 de junio de 1997.

Trasladada a la red el domingo 26 de abril de 2009.

Ciudad y Municipio Maracaibo del Estado Zulia, República de Venezuela, América del Sur.

(Fragmentos elegidos de la sección: «MERVY GONZÁLEZ ESTÁ CONVERSANDO CON…» que formó parte de un programa radial en el que participó como conductor por espacio de cuatro años aproximadamente: 1996, 1997, 1998, 1999, que se trasmitía en una estación radioeléctrica ubicada en la ciudad de Maracaibo, Estado Zulia, República de Venezuela, América del Sur).

http://elproyectomatriz.files.wordpress.com/2008/08/dios-privatizo.jpg


ORACIÓN —


Eres río de agua viva, Jordán de mi corazón.

Sepúltame en tu corriente y bautízame en tu amor.

Conságrame con tu espíritu y empápame con tu unción.

Hazme renacer de nuevo, hijo pequeño de Dios.

Tú nos has dicho: He resucitado, soy yo.

Ve y anuncia el Evangelio,

sé testigo de mi obra con tu palabra de fuego.

Es hora de caminar, de prender el fuego nuevo

y comienza por tu casa a ser testigo del Reino.

Quien se da a sí mismo, ¿qué más puede entregar?

La viuda dio centavos guardados por necesidad,

con ello dio su corazón y Dios bendijo su bondad,

lo difícil no es dar limosnas, sino entregarse a los demás.

Te espero, mi Señor, estoy despierto

y preparado antes que el día goce en despuntar.

Mi corazón se alegra y canta: ven Señor, no tardes en llegar,

hasta el pecado de mi carne se viste de alegría al esperar.

Amén y amén.



— APLICACIÓN A NUESTRA VIDA —



EN ESTA PLÁTICA AMOROSA CON EL SEÑOR hemos disertado acerca de la necesidad de estar preparados siempre, para ser testigos de la obra del Señor a través de nuestros actos, de nuestras conductas, asumiendo dentro de la sociedad en la cual vivimos una conducta ejemplar, una conducta acorde con los patrones de la moral, de la honestidad, de la justicia, porque en nuestra vida estamos sujetos a diferentes pruebas y a veces podemos ser tentados a caer en conductas que no son precisamente las que el Señor quiere de nosotros, ni las que a Él le agradan. Así como existe el vértigo de sentir entre las manos la eficacia de Dios, por desventura, existe también el vértigo de gritar que ya no se cree en el Señor. Así cuando todo se oscurece ante nosotros y su luz se esconde tras las nubes tormentosas de la prueba, hay quienes dicen «Ya no creo en el Señor”, pero nada más claro que la existencia de Dios y nada más oscuro, pues nada nos proporciona una alegría tan gozosa como sentir nuestra mano en la mano del Señor y no hay oscuridad más dolorosa que los momentos de fe desnuda. Gracias a la fe creemos que Dios ha creado el mundo, nuestros mandamientos nos ayudan mas no bastan. Podemos decir, con verdad, que tenemos a la vista todas las pruebas capaces de demostrar su presencia y al mismo tiempo podemos experimentar el temor de que nada es posible añadir con fuerza suficiente para que depongamos nuestra incredulidad. La fe no es sentimiento ni raciocinio, es un acto de abandono en la oscuridad a un Dios escondido para nuestra naturaleza de hombres. A un Dios, que a veces esconde, que a veces es tinieblas, pero no por falta de luz sino porque esa luz que nos deslumbra y a la que no estamos acostumbrados todavía, dentro del curso de nuestra pequeña historia, nos enceguece por la falta de nuestra fe y la falta de conocimiento del Señor. Por ello en ese campo donde convergen la razón y la fe, en donde se cruzan luces y sombras, provenientes de esferas tan distintas como las de lo invisible y de lo visible, es a veces complicado para nuestra capacidad pequeña de ser humano. La luz que emana de la nube divina de lo que no se ve y no se conoce, al encontrarse con la tierra en que vivimos, forma como una niebla, tal como lo dice son Pablo: niebla que envuelve todas las cosas y nos obliga a caminar, como a tientas , según se narra en los hechos de los apóstoles. Pero esto nos hace precavidos y nos sumerge en el ansia continua de la espera, de una de una espera que nos obliga a fijar la mirada siempre adelante y que nos da la impresión de un destello repentino de sol, que en su día vendrá. Y en este campo difícil, Dios nos aguarda. Antes o después como esperó a Abraham, a Moisés, a Job, porque Dios normalmente nos deja vivir en nuestras tiendas, como al pequeño Isaac bajo la mirada amorosa del padre, nos deja reír, correr tranquilos como hijos amados, por la casa de su padre, o sobre la colina de la vida, llena de paz y de abundancia, entonces no se duda de Él. Y hasta es fácil como el latir de corazones jóvenes o el respirar profundo y saludable del que se encuentra bien. Pero cuando nos llega la prueba el cielo se oscurece y la fe se desnuda como cuchillos sin funda que nos hunde la carne y entonces exclamamos ¿Pero es posible que un Dios tan amoroso exija tal sacrificio?¿No es un engaño acaso toda nuestra fe? ¿Tal vez una ilusión psicológica? ¿Es posible que hayan niños muriéndose de hambre? ¿Es posible que un inocente muera mientras triunfa el malvado? ¿Es posible de un temblor de tierra abata la casa de los pobres y que una sequía mengüe aún más su miserable saco de arroz? Es la hora de la prueba, es la hora del escándalo, ante nuestras angustias el cielo sigue cerrado, silente, y nuestra súplica vuelve sin respuesta. Debemos estar apegados a la voluntad del Señor. El Señor es el único Dios, principio y fin de todo, vino para darnos vida eterna, sin Él nada podemos hacer, sin Él nos perdemos en las tinieblas porque Él es la luz, de allí que la confianza y la fe no debe abandonarnos nunca. ¡ÁNIMO!, ¡GOZO!, ¡ALEGRÍA!



— NOTA DEL AUTOR —


AMIGOS Y AMIGAS, esta oración con comentario incluido, forma parte de una larga lista de ellas y que movido por el Espíritu Santo, ofrendaba al Señor de Lunes a Viernes a las siete de la mañana, en un programa radial de opinión, en el que participaba en compañía de una periodista, en el cual mi persona le dedicaba tres minutos o más (dependiendo de la Producción y/o de Máster) a orar y analizar esa oración aplicándola a la cotidianidad de nuestra vida, de nuestros actos, de nuestras alegrías, tristezas, éxitos, fracasos, tragedias, tribulaciones, bonanza, prosperidad, bienestar, etc. Todo con la intención de establecer como verdad aquella según la cual Dios siempre está con nosotros, que todo lo que nos ocurre es para bien, que existe un plan o proyecto de salvación para cada uno de nosotros diseñado por el mismísimo Dios, cuyo cumplimiento, decisión y elección depende de ti. Así que —parafraseando la escritura bíblica— «DIOS NOS HIZO SIN NUESTRO CONSENTIMIENTO, PERO NO NOS SALVARÁ SIN QUE LE OFREZCAMOS ESE CONSENTIMIENTO». Es decir, nuestro permiso y autorización. El Señor es un caballero, y estará siempre a las puertas de nuestro corazón, para que le abramos y que pueda entrar para guiar nuestra vida y ofrecernos su santidad, gozo, alegría, discernimiento, sabiduría, y sus infinitos dones espirituales y materiales.

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La Nota Corta: “Cuatro pasos para alcanzar el triunfo: orar, creer, actuar y tener fe”.

Por Mervy Enrique González Fuenmayor.

Redactada el lunes 6 de abril de 2009

Publicada en la Red el jueves 9 de abril de 2009.

Ciudad y Municipio Maracaibo del Estado Zulia, República de Venezuela, América del Sur.


http://herokids.files.wordpress.com/2008/03/perseverance.jpg


EN NOSOTROS NO HAY SOLAMENTE SANTOS Y BUENOS DESEOS, sino también la voluntad de poder perseverar en el bien. Porque a veces, tenemos muy buenas intenciones y queremos mantenernos en el camino de la bondad, de la justicia, de la solidaridad. A veces iniciamos una buena obra y lo hacemos con mucha fuerza, con mucho empuje, y así continuamos, pero con el correr del tiempo algo inusitado comienza a ocurrirnos, y es la situación de que perdemos ese empuje y esa fuerza, entonces dejamos a un lado lo que ya habíamos comenzado. Por ello es importante, no tanto comenzar una obra de bien, un proyecto, una idea, un deseo que se tenga, sino materializar los mismos en conductas, en hechos, en obras, para que el final del camino y por la fuerza del Señor todo sea culminado. Por ello las santas y buenas intenciones son buenas, pero mejores son los frutos. No seas tú como el Iscariote, quien comenzó bien, siguió bien, pero al final se perdió. Por ello en esta mañana es necesario que reflexionemos sobre la constancia, pues el mundo está lleno de fracasados, de voluntades que comenzaron, de almas que arrollaron cuando hallaban en los principios el camino y hallaban allí fuerza, hallaban inquietudes y así iniciaron su camino, pero después no quisieron tener más fuerzas, ni realizar más heroísmos, en definitiva, no se habían vinculado con el Señor, o tal vez su vinculación fue muy efímera o superficial, se creyeron débiles, incapaces y se sentaron a la vera de los senderos para ver pasar la muchedumbre de los que ríen y de los que lloran. Las cosas que veían antes han perdido para ellos el encanto que los sugestionaba. Los horizontes se han tapiado de sombras descorazonantes. Es que se ha perdido la visión de las alturas y también de las distancias. Se había creído que el cielo se tocaba con sólo levantar la mano en un instante, y ante la decepción de muchos esfuerzos realizados con poca fe, que no rindieron sus frutos como los pregustaba el paladar han desmayado, han dudado del camino y como los ciegos se han sentado junto a él, para sentir pasar la caravana de las multitudes y poder alargar la mano mendigando una sonrisa, un placer, un trocito de lodo perfumado con esencia. La inconstancia ha sido siempre la generadora de todos los fracasos, no se tiene valor para sobrellevar una decepción, una aridez espiritual, una sequedad sensible, y se abandonan todos los buenos propósitos, todos los buenos comienzos, para correr detrás de lo que halaga la vista o los sentidos. No seas nunca así, amigo y amiga. No dudes jamás de tu camino aunque encuentres sombras y espinas, desiertos o guijarros, Jesús esta contigo y con él llegarás con seguridad a la glorificación de las alturas. ¡Ánimo! ¡Gozo! ¡Alegría!

(Esta reflexión ha sido tomada parcialmente de la oración “PERSEVERAR HASTA EL FINAL” de Mervy Enrique González Fuenmayor publicada el del 22 de octubre de 2008).

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Vídeo Reflexivo: “Jesús calma la tempestad”.

Grabado el jueves 19 de marzo de 2009.

Trasladado a la red el domingo 05 de abril de 2009.

Comentario de Mervy Enrique González Fuenmayor

Ciudad y Municipio Maracaibo del Estado Zulia, República de Venezuela, América del Sur.

HE TRAÍDO ESTE TEXTO en su versión libre de la Internet, texto que resume los acontecimientos ocurridos con ocasión de la tempestad que se presentó cuando encontrándose Jesús durmiendo en la popa de la barca, en compañía de sus discípulos, regañó al viento y al lago le dijo: “¡silencio!, estate callado”. Pero además recriminó la conducta cobarde de los apóstoles y su carencia de fe. Hoy, dos mil años después, la mayor parte de nosotros seguimos apáticos, con miedo a seguir las enseñanzas de Jesús, y enfrentarnos a las injusticias, a los abusos y a todas las enfermedades sociales que a quejan a la Humanidad.

“Discípulos aterrorizados (Mar. 4: 35-41)

Jesús llamó a los discípulos a que aprendieran de él antes de salir a predicar y a exorcizar demonios. Cuando los hechos descritos en Marcos 4 sucedieron, lo habían seguido por unos dos años, pero aprendían lentamente, tenían dificultad para comprender y tenían problemas para transferir lo que habían aprendido de una situación a otra. Una vez, después de un agitado día de enseñanza, Jesús los llevó en un viaje en barco a través del Mar de Galilea. Cansado y deseando descansar, Jesús se preparó un lugar para dormir en la papa del barco, y muy pronto se quedó dormido.

Los evangelios sinópticos dicen que, de repente, se levantó una tormenta en el lago. Esto es típico, ya que «el mar de Galilea es pequeño; mide solamente unos 21 kilómetros de largo y 13 de este a oeste, en su parte más ancha. El valle del Jordán sigue la línea de una profunda falla en la corteza terrestre, y el Mar de Galilea es parte de esa depresión. Está a unos 210 m debajo del nivel del mar. Esto hace que su clima sea cálido y agradable, pero también tiene sus peligros. Sobre el oeste, hay montañas con quebradas y valles; cuando soplan los vientos fríos del oeste, estos valles y quebradas actúan como gigantescos ventiladores. En ellos, el viento se comprime, por así decido, y baja sobre el lago con una violencia inusitada, haciéndolo, además, repentinamente. En un instante, la calma puede convertirse en una pavorosa tempestad».

En el medio de la tormenta, los discípulos despertaron a Jesús. Tenían miedo, y le preguntaron si se preocupaba por ellos, que estaban a punto de perecer. Como pescadores, deberían haber conocido estas tormentas repentinas, pero su reacción implicaba pánico y terror. Tener a Jesús, el Maestro, en el barco con ellos, no significaba nada para ellos.

Después de que Jesús calmó la tormenta, regañó a los discípulos por su temor y falta de fe. Esto indica que Jesús había esperado que ellos hubieran crecido, y se chasqueó por lo que evidentemente era la ausencia de crecimiento (en el peor caso) o su aumento lento (en el mejor caso).

Cuando los discípulos vieron el poder de Jesús sobre los elementos, estuvieron sorprendidos y se preguntaban entre sí: «¿Quién es este, que aun el viento y el mar le obedecen?» (Mar. 4: 41). La primera parte del pasaje los describe aterrorizados, llenos de pánico, lentos para comprender el poder de Jesús. Al final, los discípulos exhiben un temor reverente y admiración. ¿Lo llena de admiración y reverencia el poder de Dios en su vida?

Compare y contraste la respuesta de Jesús a la tormenta con la de los discípulos. ¿Ha crecido su discipulado hasta el punto en el que puede dormir en medio de una tormenta? ¿Qué hará usted para asegurarse que su discipulado produzca mejores resultados que los que tuvieron los primeros discípulos de Jesús?”

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Vídeo Reflexivo: “Pedro: El Pescador de Hombres”.

Grabado el jueves 19 de marzo de 2009.

Trasladado a la red el domingo 05 de abril de 2009.

Comentario de Mervy Enrique González Fuenmayor

Ciudad y Municipio Maracaibo del Estado Zulia, República de Venezuela, América del Sur.

EN EL EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS 5,1-12, se narran con cierta minuciosidad algunos hechos de gran enseñanza para nosotros, lo mismo que en todo el texto de la Sagrada Biblia. En este fragmento del Evangelio, Jesús le dijo a Pedro que echara las redes al lago, a lo cual Pedro respondió manifestando que toda la noche habían estado bregando y sin embargo no lograron pescar nada. Aquí debe destacarse el poder, la autoridad y la omnipotencia de la palabra de Jesús, a la cual debemos oír, escuchar y cumplir sin ningún otro aditamento. Y es que, si nosotros fuésemos dóciles, respetuosos y cumplidores de la palabra de Jesús, de Dios, nuestra vida se desarrollaría en un marco de paz, de alegría, de felicidad, de justicia y de moralidad, ética y verdad. Pedro agregó entonces: “si lo dices tú echaré las redes”. Pedro hizo caso, no actuó desobedientemente, como lo hacemos la mayor parte de nosotros. Cuenta la escritura que las redes estaban a reventar y que otros compañeros de pesca fueron llamados para compartirla. Pedro se echó a los pies de Jesús y le dijo: “apártate de mi Señor, que soy un pecador”. He aquí la confesión de Pedro, el reconocimiento del poder de Jesús y de su condición de Mesías, que posteriormente hará de manera más elocuente, cuando Jesús preguntó a sus discípulos acerca de qué pensaban respecto de quién era él. En este vídeo reflexivo se comentan algunos aspectos relativos a este segmento del evangelio de San Lucas, con la aspiración de que pueda servirnos.

Por otra parte, siendo Pedro purificado por su confesión de reconocer a Jesús como el Mesías, al tiempo que se declara pecador y no merecedor de ni siquiera estar en la presencia del Enviado de Dios, le dice el Señor: “No temas. Desde ahora serás pescador de hombres.” Como si le dijera: “Como yo te he atraído a mí, tú atraerás a muchos… No temas el ambiente pecaminoso que te rodee: eres enviado de parte del Señor. Él te dará fuerza, paz y compasión para que conquistes el alma pecadora, y la atraigas a la presencia de Cristo, y quede ‘admirada.”

Cuando los discípulos llegaron a tierra, “dejando todo, lo siguieron” ¿Qué son las redes, y qué las barcas, ante la belleza y la luz de este Hombre? y tú, ¡oh! alma, ¿acaso todavía sigues cautivada en las redes de tus deseos y de la vanagloria, o quieres ser pescada por Cristo, pescador de hombres?

Del mismo modo podríamos decir nosotros: ¿que valor pueden tener las redes del placer, de lo material, de las riquezas, del reconocimiento social y mundano, de la vanidad, de la prepotencia etc., frente a la excelsitud, grandeza y poder de Dios? Las barcas de la ignorancia, del pecado, de los abusos, de las perversiones, de las injusticias, de la indolencia y otras barcas son una afrenta al amor, a la misericordia y a la caridad de nuestro buen Dios.

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Artículo: Perezosos Mentales

Por Mervy Enrique González Fuenmayor.

Redactado el lunes 30 de marzo de 2009

Publicado en la Red el martes 31 de marzo de 2009

Ciudad y Municipio Maracaibo del Estado Zulia. República de Venezuela. América del Sur

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¿CUÁNTA GENTE HABRÁ VISTO, TRATADO Y/O ESCUCHADO USTED que solamente se expresa en términos, palabras y actuaciones negativas y derrotistas? Seguramente dirá que son muchísimas, y está en lo cierto, pues un porcentaje muy elevado de la población mundial vive en una continua y permanente sombra de ignorancia, apatía, fracaso y desesperanza. Han olvidado que son seres vivos, criaturas hechas a imagen y semejanza de Dios, que han nacido para ser prósperos, exitosos, triunfadores, para alcanzar cualquier meta o propósito que se hayan trazado. Los seres humanos están dotados de inteligencia, de capacidad mental, de facultades extraordinarias tanto sensoriales como extrasensoriales, para vencer cualquier obstáculo o adversidad. Por allí existe una máxima que repiten aquellos que utilizan su mejor esfuerzo para cumplir sus ideales: “QUERER ES PODER”. Aclaro que cuando utilizo el vocablo extrasensorial no necesariamente me estoy refiriendo a la parapsicología, al espiritismo, al esoterismo, a la cábala, al rosacrucismo, a la Nueva Era o a cualquier otra secta reñida con mi profesión de fe católica. A lo que me refiero son a los dones del Espíritu Santo: el don de ciencia, el don de la palabra, el don de piedad etc.

Tal como lo has leído… “SI LO QUIERES… LO PUEDES”. Lo primero que debes hacer es establecerte una meta o fin, algo que quisieras lograr: un titulo profesional, el triunfo o campeonato en algún deporte, ser un empresario próspero, ser un destacado sacerdote, distinguirte por tu solidaridad con los demás, el reconocimiento social por la justicia con la que actúas, ser auténtico seguidor de Cristo, alcanzar la presidencia u otro cargo político de importancia, ser un buen docente, profesor o maestro. Una vez que hayas delimitado tu aspiración, es tiempo entonces de realizar todas aquellas actividades tendentes a facilitar su logro. Es muy, pero muy importante el ejercicio de una facultad con la cual Dios nos dotó: la facultad de imaginar, de hacer representaciones mentales, de visualizar aquello que deseamos. Mientras más vívida sea la visualización mental, mientras más te vincules con ella, más deseos e inquietudes te sobrevendrán para materializarla. Hay que soñar despierto. Soñar despierto es vivir interna e intensamente lo que deseamos y queremos.
Pero siempre hay perezosos mentales que son incapaces de generar un sólo esfuerzo para alcanzar algo. Son como aquel personaje del chiste que se cuenta en mi ciudad de Maracaibo, que fue a buscar trabajo, el patrono le dijo que efectivamente contaba con una vacante y que debía comenzar desde ese mismo momento, a lo cual este personaje contestó: ¡EL TRABAJO QUE BUSCO NO ES PARA MÍ, SINO PARA MI HERMANO!. Aquí la pereza además de mental es física. Para ser un ciudadano digno, ejemplar, capaz y decente, se requiere en principio ser un buen cristiano, y además ejercitarnos con asiduidad en el gimnasio de la fe, de la esperanza y del esfuerzo.

A continuación tomo prestadas las siguientes líneas, tendentes a reforzar lo que ya expuse:


“LA EFICACIA DE LA ORACIÓN: ¿Por qué pedimos y no recibimos?


Dios no necesita que le expongamos nuestras necesidades, dice el Evangelio. “Bien sabe vuestro Padre lo que necesitáis” (Lc. 12, 30), pero en la práctica quiere que humildemente se las expongamos como si no las conociera; que le pidamos con fe (oración de corazón) y humildad todo cuanto necesitemos, pero dejando en Sus manos la solución.


En el Evangelio se dice que TODO CUANTO PIDIEREIS EN LA ORACIÓN. Observen que dice “Todo cuanto pidiereis en la oración, como tengáis fe de conseguirla, se os concederá” (Mc. 11, 24). Dos cosas son necesarias: 1º Fe y 2º No vacilar.


Muchas personas se preguntan: ¿por qué Dios no responde a nuestras oraciones? O en otras palabras: ¿por qué nuestra oración no es siempre eficaz, o por lo menos parece no serlo?


Entre los católicos, unos dicen que no somos oídos porque no oramos con la debida humildad; otros porque nos falta la perseverancia; otros porque no nos resignamos a la voluntad de Dios; y la verdadera razón, si no la única de que nuestra oración deje de ser eficaz, es pura y llanamente PORQUE ANDAMOS VACILANDO. Y esto no es opinión nuestra, es sentencia de Cristo: “En verdad os digo que, si tenéis fe y no andáis vacilando, no solamente haréis lo de la higuera, sino que, aun cuando digáis a ese monte, arráncate al mar, así lo hará, y todo cuanto pidiereis en la oración, si tenéis fe, lo alcanzaréis” (Mt. 21, 22)

Y a Sor Josefa Menéndez la reveló particularmente esta misma doctrina que estamos enseñando, al decirle: “Si vacilan, si dudan de Mí, no honran mi Corazón. Pero si esperan firmemente lo que me piden, sabiendo que sólo puedo negárselo si es conveniente al bien de su alma, entonces me glorifican”


Cristo no puso un límite ni a su omnipotencia ni a nuestra confianza. Dios quiere que le pidamos como a Padre, con entera confianza de hijos. Al Padre le toca discernir si las concede o no.


Basados en estos mismos principios de Fe y Esperanza, Santiago y Juan, los hijos del Zebedeo, le hicieron aquella famosa petición que tanto molestó al resto de los apóstoles. “Maestro, quisiéramos que nos concedieses TODO CUANTO TE PIDAMOS”. Y el Señor, sin reprenderlos en lo más mínimo por la palabra TODO, les preguntó: ¿Qué cosa deseáis que os conceda? Y cuando la oyó, les contestó: “No sabéis lo que pedís” (Mt. 20, 22). Sin embargo, a pesar de que “no sabían lo que pedían”, sacaron al final un asiento muy elevado en el reino de Dios: “Os sentaréis (les dijo a los doce) sobre doce sillas, juzgando a las doce tribus de Israel”. Y en la última cena, cuando instituyó la Eucaristía, el Sacramento del Amor, se sentaron uno a la derecha y el otro –según revelaciones de Anna Catalina Enmerich- a la izquierda.


Muy pocas personas hay en este mundo que, de una manera constante y ordinaria, sepan pedir lo que ellas mismas quieren en las diversas ocasiones de la vida. El andar vacilando de una cosa a otra es lo más común, y aunque en ocasiones tomemos una resolución que aun a nosotros mismos nos parezca definitiva, todavía pasa, con demasiada frecuencia que “llevamos la procesión por dentro” temiendo que hayamos hecho un disparate. Es el “no sabéis lo que pedís”. O dicho de otro modo: “vacilamos en nuestra oración”, pues algo nos dice en nuestro interior que esa petición estaba viciada de pasión o ambición personal desde la raíz.


¿Por qué Dios, decimos en ocasiones, no ha escuchado mi oración? Esto es lo que se llama el problema de la oración no respondida. Nuestra respuesta es la de Santiago: “Pedimos y no recibimos, porque pedimos mal” (St. 4. 3). Y pedimos mal, porque pedimos –entre otras cosas- sin la debida fe, y sobre todo porque andamos vacilando, amén de querer satisfacer nuestras pasiones poco ordenadas.

EN DIOS NO HAY EXCLUSIÓN DE PERSONAS


Cuando Jesús dijo: “Todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama se le abrirá” (Mt. 7, 8), no hizo exclusión de ninguno, fuera israelita, romano o cananeo; y así Cristo, admirando la fe de la mujer sirio fenicia (de religión pagana), le concedió inmediatamente lo que pedía, obrando un portento a favor, no de ella, que era la que creía, sino a favor de la hija (creyera o no), por la cual la madre, llena de fe, suplicaba.


Nadie puede considerarse excluido. Todo el que pide con fe, sin andar vacilando, recibe, aunque no sea cristiano, sea protestante, o sea un católico muy pecador. Queda, pues, echada por tierra la objeción de algunos: ¿Cómo voy yo a pedirle a Dios tal o cual cosa, si soy un desastre que le fallo a Dios constantemente?


Sobre estas almas, que por haber pecado se sienten alejadas del Señor, dice algo muy consolador el propio Jesús a Sor Josefa Menéndez: “Estas almas no me conocen; no han comprendido lo que es mi divino Corazón…porque precisamente sus miserias y sus faltas son las que inclinan hacia ellas mi Bondad. Si reconocen su impotencia y debilidad, si se humillan y vienen a Mí llenas de confianza, me glorifican mucho más que antes de haber caído”

Todos, por tanto, hombres y mujeres, justos y pecadores, católicos, protestantes, moros o judíos están incluidos en aquellas palabras de “el que pide, recibe”. Dios quiere que todos los hombres se salven, sean justos o pecadores, todos son obra de sus manos, y todo el que pide con fe, sin vacilar, le da Dios ampliamente y con generosidad. La eficacia de la oración está en razón directa de nuestra confianza.


Pero hacemos notar que no se trata de la confianza en la oración, sino de nuestra confianza en Dios. No hay que tener fe en nuestra fe, sino fe en Dios. Creer en la bondad de Dios Padre, que me ha prometido darme todo lo que necesite, si se lo pido sin vacilar. Pero el problema que se suele dar es que el que vive en pecado habitual, el que es consciente de estar separado de Dios por un concreto estado de pecado, y más aún si el pecado concreto es de caridad (odiar o sentir rencor por otros) influye en que disminuya su confianza, y que por tanto su oración sea ineficaz. Por eso el santo es el que más recibe, no porque sea santo, sino porque confía más que nosotros en el amor de Dios. Está más unido a Él y conoce bien su infinita Bondad y su deseo de dar.


“Por medio de la confianza obtendrán copiosísimas gracias para sí mismas y para otras almas. Quiero que profundicen esta verdad porque quiero que revelen los caracteres de mi Corazón a las pobres almas que no me conocen” (El Señor a Sor Josefa Menéndez)


Hay personas que afirman: Le he pedido a Dios que me diera dinero para poder atender a mi hijo que estaba muy enfermo y no me ha escuchado. Conclusión: Dios no me ha oído, luego no existe. Y desde entonces su confianza actual en Dios se ha reducido a cero.


NO SE HAGA MI VOLUNTAD, SINO LA TUYA


Si tú tienes la fortuna de saber de un modo cierto “lo que realmente quieres”, tendrás mucho adelantado al hacer tu oración, pues no andarás vacilando de una petición a otra.


Suponiendo que sepas lo que quieres, queda aún por averiguar: ¿Es esto lo que te conviene? Aquí entran de nuevo las vacilaciones. Cristo Nuestro Señor no se comprometió a darte siempre lo que más te conviniera, sino lo que le pidieras con confianza. Por ejemplo. San Francisco de Borja, antes de entrar a jesuita, rezaba por la salud de su esposa enferma con total confianza. El Señor se le apareció y le dijo: “Te concedo lo que me pides: la salud de tu esposa, pero te advierto que ni a ti ni a ella os conviene”. El santo entonces, aceptó con generosidad la voluntad de Dios y su esposa falleció a los pocos días. Por eso, cuando pedimos a Dios algo –sobre todo si es material o de orden natural- conviene que añadamos, al igual que San Francisco de Borja o el mismo Jesús en el Huerto de los Olivos, “no se haga mi voluntad, sino la tuya”. O bien: “Que se haga, Señor, como tu dispongas”.


Había un padre muy querido en una poderosa ciudad. Enfermó de tifus, y, a pesar de haberle dado la mejor asistencia, siendo asistido por los mejores médicos, su fin se acercaba irremisiblemente, en opinión de los facultativos. Pero fueron tantas y tan fervientes las oraciones que por su salud se hicieron, que finalmente sanó, siendo el caso considerado, por muchos, como milagroso. La oración había triunfado….Dos años más tarde moría en un sanatorio mental, presa de una locura espantosa… Una de las personas que más había rogado, nos decía compungida: “¡Cuánto mejor hubiera sido que muriera de tifus!”. (Cf. Padre Heredia. Pág. 91 Una fuente de Energía)


De aquí deducimos una cosa bien clara: si al orar no nos ponemos en las manos de Dios, diciéndole: “Hágase tu voluntad”, llevamos siempre las de perder, aun en el caso de que nos conceda lo que pidamos.


Sobre esto, en concreto, dice San Agustín:


<>. Luego –concluye San Agustín en uno de sus sermones- no siempre es bueno recibir lo que se pide.


Esto no quiere decir que no pidamos. Todo lo contrario. Hay que pedirle muchas cosas, todas las que necesites, pero mostrándole en esta petición, nuestro sincero deseo de que se cumpla sólo Su santa Voluntad, demostrando con este gesto lo mucho que nos fiamos de Él. La Voluntad de Dios es siempre lo mejor y el mayor bien para el hombre. Este ejercicio continuo de pedir y dejarnos en sus manos irá formando en nosotros el verdadero hábito de la oración y de la confianza. Y esto nos dará paz. Paz aun en medio de la tribulación, la enfermedad o la soledad. Hay personas que nunca tienen paz, porque no terminan de confiar en Dios, y porque creen que sólo si Dios les da lo que ellas creen bueno estarán contentas. Debemos, por tanto, acostumbrarnos a pedir y a depender después de Dios en nuestra petición, que es lo que Cristo nos enseñó de palabra y con el ejemplo.


Pero si, a pesar de todo, nosotros queremos hacer nuestra propia voluntad y continuamos pidiéndole a Dios lo que queremos, considerando que nuestra felicidad está en que me dé aquello y sólo aquello que yo interpreto como lo mejor para mí, puede ocurrir que Él, en algunas ocasiones, te lo conceda, pero…no te quejes después si el resultado no era como tú habías imaginado. Como dice el refrán: “Tú lo quisiste, fraile mostén; tú lo quisiste, tú te lo ten”(sic).

(por mariamensajera @ 14:41).

Finalmente hay que permitir que Dios entre en nuestra corazón, en nuestra mente y en nuestro espíritu, pero esa entrada debemos desearla, quererla sinceramente, espontáneamente, decisivamente, solamente así tendremos la seguridad de que el proyecto de salvación elaborado por Dios para nosotros se cumpla. ¡Ánimo! ¡Gozo! ¡Alegría!

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Vídeo Reflexivo: “La sanación de la suegra de Simón (Pedro)”.

Grabado el jueves 19 de marzo de 2009.

Trasladado a la red el martes 31 de marzo de 2009.

Comentario de Mervy Enrique González Fuenmayor

Ciudad y Municipio Maracaibo del Estado Zulia, República de Venezuela, América del Sur.

EN ESTE EPISODIO BÍBLICO PODEMOS NOTAR cómo nuestro Señor Jesucristo apenas cuando le dijeron que la suegra de Simón estaba enferma, no hizo reparo alguno en acudir a la casa donde permanecía para sanarla. Muestra esta actitud de Jesús no solamente su preocupación por los que están frente a él, por los que se relacionan con él, sino también por lo que están ausentes, por aquellos que sufren sus penalidades sin que la mayor parte de las personas se enteren de ello. Por eso Jesús acude a sanar a la suegra de Simón Pedro, no tanto para dejar constancia de su poder sino para que quede como una enseñanza de que las bendiciones, los frutos y los beneficios materiales o espirituales pueden ser recibidos de Dios padre, de Jesús y del Espíritu Santo sin necesidad de que se tenga una vinculación presencial con ellos. Basta tener fe y tener fe como un granito de mostaza para poder asegurar que nuestras oraciones, nuestros pedimentos, nuestras solicitudes, llegarán al conocimiento de Dios, siempre que estén envueltas en una fe infinita, en una subordinación, en un amor y en un afecto sin límites hacia Dios. Nos enseña también este fragmento de la palabra de Dios, la gratitud que debe permanecer en la persona que ha sido beneficiada con el amor de Dios. Es común ver el poco agradecimiento, la ingratitud y la falta de reconocimiento por los favores que se han alcanzado. Una vez que la persona ha recibido el auxilio divino, se olvida de él muy pronto y regresa a su vida pecaminosa, licenciosa y ajena a la orientación de Dios. Es así que la suegra de Simón, al ser sanada inmediatamente se puso a servirles, lo cual habla muy bien de su amor, fe y agradecimiento a nuestro Señor Jesús.

Por considerarlo un interesante, me permito transcribir los siguientes trozos de texto, que podrían ser de gran utilidad para mis lectores:


«La suegra de Simón (Mc 1,29-39)

Nos cuenta el Evangelio d que Jesús se fue a la casa del futuro jefe de los apóstoles y “la suegra de Simón estaba en cama con fiebre, y se lo dijeron de inmediato. El se acercó, la tomó de la mano y la hizo levantar. Entonces ella no tuvo más fiebre y se puso a servirlos”.

Es una sanación más que hace el Maestro, dejando evidente que el Reino de Dios no es solamente algo espiritual, o solamente algo para “la otra vida”, sino que nos compromete con las realidades concretas de este mundo.

El sanó la suegra de Pedro y varias otras personas, sea de enfermedad física, sea de enfermedad psico-espiritual: es un gesto de amor de Dios hacia nosotros, gesto que muestra que nuestras inquietudes le interesan.

Notemos la expresión “se lo dijeron”, para enseñar que hemos de mantener un diálogo fluido con Jesucristo, presentándole también la situación de otras personas a quienes queremos bien.

El Señor nunca se pone indiferente delante de las miserias humanas y toma la iniciativa de hacer algo para mejorar la situación. En este caso, se puso más cerca, la tomó de la mano y este contacto la hizo restablecerse.

La reacción de la suegra de Simón Pedro es ejemplar: “se puso a servirlos”.

Está siempre latente el riesgo de uno de pedir cosas, como sanación, beneficios económicos y tranquilidad y, después de recibir muchas bendiciones de Dios, se olvida de todo, se muestra ingrato y lo que es peor: vuelve a su egoísmo de antes.

Es hermoso pedir con fe por nuestras necesidades y las de los demás también, pero es sumamente necesario ser agradecido al Señor. Y le agradecemos cumpliendo sus mandamientos.

Otro aspecto interesante es la persona de la “suegra”, figura, a veces, tan polémica dentro de las familias.

Hay suegras que son verdaderas hadas y ejercen una benéfica influencia para la pareja, pues saben mantener conveniente distancia, son fervorosas en la oración por los otros y les agrada ser disponibles.

Infelizmente, hay también la otra cara de la moneda: suegras que se meten demasiado en la vida de la pareja, estimulan en el hijo una “eterna mamitis” y les gusta decir que todo lo que la nuera hace está mal, porque no cuida bien de la casa, no sabe cocinar, gasta mucho en la peluquería, etc.

A todos de la familia es fundamental considerar: Jesús nos sana gratuitamente, por lo tanto, levantémonos y pongámonos al servicio de los demás.

(hnojoemar@bol.com.br , Hno. Joemar Hohmann).

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Vídeo Reflexivo: “Sanación del hijo del funcionario”.

Grabado el jueves 19 de marzo de 2009.

Trasladado a la red el jueves 26 de marzo de 2009.

Comentario de Mervy Enrique González Fuenmayor

Ciudad y Municipio Maracaibo del Estado Zulia, República de Venezuela, América del Sur.

CON MUCHA FRECUENCIA OLVIDAMOS que la palabra de Dios tiene poder y que si nosotros confiáramos más allá de cualquier duda en esta gran verdad, todos nuestros problemas resultarían resueltos, o en el peor de los casos minimizados, todo conforme al proyecto de salvación que Dios tiene particularmente para cada uno de nosotros. En el episodio bíblico que se narra en este vídeo, relacionado con la sanación del hijo del funcionario real, con marcada nitidez resalta la humildad y la fe con la cual este funcionario le pide a Jesús que sane a su hijo que está muriendo, y por otra parte destaca el gran poder del Hijo de Dios cuando le dice “ponte en camino, que tu hijo vive”. El hombre sin añadir más, se pone en camino y logra comprobar que su hijo mejoró en la hora en la que Jesús se lo manifestó. Ojala todos nosotros tengamos esa clase de fe, que no permite que la duda la impacte, la neutralice, la extinga. Es necesario volvernos hacia Dios, para reencontrar la sensatez, la prudencia, la justicia, la verdad, la paz, la alegría, que esta sociedad materialista y en decadencia ha proscrito.

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Artículo: ¿Tenemos responsabilidad en la pérdida de fe de otras personas?

Por Mervy Enrique González Fuenmayor.

Redactado el martes 24 de febrero de 2009.

Publicado en la Red el sábado 28 de febrero de 2009.

Ciudad y Municipio Maracaibo del Estado Zulia. República de Venezuela. América del Sur.


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SIEMPRE PRETENDO INICIAR LA REDACCIÓN DE MIS ARTÍCULOS o reflexiones arguyendo la dificultad, importancia o trascendencia del tema que se va a abordar. Pero le confieso, amigo lector, que definitivamente este es un espinoso asunto que muchas veces por salvaguardar la integridad de nuestra Santa Madre Iglesia Católica y de todos y cada uno de sus integrantes, desde la más alta autoridad hasta el más sencillo de sus servidores, se mantiene o se quiere preservar en secreto a toda costa la irresponsabilidad de una porción de feligreses, muy abultada en número, en relación con la defensa de nuestra fe, y precisamente con la circunstancia de no tener una doble moral ni un doble discurso, ni mucho menos actuar de manera diferente a lo que la Palabra de Dios nos enseña y a lo que nosotros mismos difundimos como verdades absolutas y como reglas de convivencia dentro de un marco normado por los principios más excelsos de la moralidad, la ética, las buenas costumbres, la verdad y la justicia. Causa realmente lástima la realidad que nos rodea y en la cual participamos. Esa realidad nos señala con su dedo acusatorio que somos culpables de que muchas personas pierdan su fe, la neutralicen o la debiliten, cuando observan que no somos buenos cristianos, que somos inmorales, que somos hipócritas, que decimos una cosa pero hacemos otra, que tenemos una Biblia cuyo contenido es maleable, expandible, modificable y acomodable a nuestros intereses y deseos. Que tenemos un Dios a nuestra medida cuyos designios y preceptos manejamos a nuestro antojo y los sujetamos a nuestros propios fines y propósitos. Quizás esta introducción no me gane muchos amigos, ni sea asumida de manera constructiva. Tal vez, muchos considerarán que he sido muy estricto y severo con la calificación de esa responsabilidad de nuestra parte en la pérdida de fe de muchas personas. Transijo entonces en que existan las excepciones, pero aún así la situación es tan grave que nos llama a la reflexión. En la universidad en la que dicto cátedra tanto en el pregrado como en el posgrado, es más que frecuente observar este tipo de actitudes acomodaticias, interesadas, hipócritas, caricaturizadas, y con un profundo hedor a inmoralidad, corrupción fraude y engaño. Si esto ocurre en nuestras casas superiores de estudio, calcule usted lo que ocurre en aquellos lugares y ambientes en los cuales la discusión científica y la búsqueda de la verdad no sea el objeto más inmediato de la existencia de los seres que viven en esos espacios. Particularmente he vivido la experiencia de conocer a esas personas no solamente en las universidades, sino también en otros espacios, lugares y escenarios. Allí precisamente en los escenarios no académicos ni intelectuales, se tropieza con este grupo de personas por cuya culpabilidad los infieles no encuentran a Dios, ni a la fe. En los suburbios, en los barrios, en los pueblos donde las personas cuentan con un exiguo y casi ningún recurso económico para subsistir, allí precisamente se pueden observar estas situaciones en la que las personas, por no contar con la solidaridad de otras, con la justicia, con el buen ejemplo y antes por el contrario con la práctica maniquea de un cristianismo de pacotilla y que originan como ya he dicho que muchos pierdan su fe, agravándose así el problema de la marginalidad, del analfabetismo, de la prostitución, de la corrupción, de latrocinio, del fraude religioso, de la injusta distribución de la riqueza, de la explotación del hombre, del abuso y de la violencia en contra de la mujer y de los niños, la desprotección de los discapacitados. A ello ha de agregarse la actitud que hemos mantenido los cristianos y hombres de buena voluntad en no asumir la cuestión política como algo necesario y complementario en la construcción del reino del amor. Creemos que al alejarnos de la política y de la conducción del poder nos hacemos mejores cristianos. Esto ha traído como consecuencia que los incapaces, los mediocres, los incompetentes, los comunistas, los propagadores y defensores de ideologías que niegan a Dios y niegan al cristianismo niegan la justicia, la verdad, a piedad y la solidaridad, hayan asumido el poder en la mayor parte de los países, con las consecuencias que ya conocemos. También se adiciona la multiplicación de sectas que con el propósito de «enseñar la palabra de Dios» han asaltado los bolsillos y la buena fe de esas buenas gentes que por no tener un pastor que las oriente en el discernimiento, interpretación y dominio de la Palabra del Señor, caen en la redes de estos estafadores profesionales, que han visto que las cosas que se realizan en nombre de Dios crecen y se desarrollan rápidamente generando buenos frutos de diversa índole, de modo que aprovechándose de esta circunstancia, engañan, timan a los ignorantes, a los incrédulos, a las gentes de buena fe, haciéndolas tropezar para caer confundidas bajo el manto de oscuridad, de las tinieblas y de los embaucadores.

Las razones y reflexiones que hemos efectuado anteriormente nos llevan de manera irremediable a transcribir algunos párrafos contenidos en la obra: «CIEN PREGUNTAS A LOS CATÓLICOS», de MADINGER, Herbert (Caracas, Venezuela. Ediciones Paulinas 1991 pp 97-99). Allí, en esa obra y bajo el título de «POR CULPA AJENA PIERDEN LA PERSONAS SU FE» leemos lo siguiente:

«Las especulaciones filosóficas son tan sólo raramente las verdaderas causas del ateísmo. Por lo general, la fe en Dios se quiebra por culpa de la gente, a menudo también por culpa ajena. Mil millones de comunistas, o sea la tercera parte del mundo no creen actualmente en Dios. Ese comunismo se originó el siglo pasado en el corazón de Alemania. Su símbolo es el puño cerrado. En aquel entonces los trabajadores alemanes privados de sus derechos empezaron a levantar el puño cerrado contra sus explotadores. Estaban enfermos, desamparados, faltos de recursos, abandonados de toda protección jurídica, y sus hijos pedían pan a gritos. Entonces nació el odio de esos proletarios contra sus amos, que se llamaban cristianos. De ese odio contra los negreros cristianos se originó el odio contra Dios, contra la religión y contra los católicos. El comunismo nació por culpa de los cristianos. ¿Quién podrá responder alguna vez de ello ante Dios?


¡Tal vez los cristianos de nuestros días seamos culpables del mismo modo en la incredulidad de los pueblos que sufren hambre! En Europa, en América, en los países cristianos del mundo, viven los habitantes más ricos de la tierra. Nosotros consumimos miles de millones tan sólo para el alcohol y nicotina. En Austria, por ejemplo cada familia gasta mensualmente 300 chelines por término medio sólo para alcohol.
[Nota de MEGF: estas cifras son para el año 1991] Pero a nuestro lado mueren anualmente en el mundo millones de seres. ¿Quién de nosotros está dispuesto a ceder a esas personas hambrientas algo de lo que les sobra?


¡Esos pueblos se cierran hoy al mensaje del evangelio, porque no pueden creer en el amor fraterno cristiano! Ellos aman a Cristo, pero odian a los cristianos, dijo Gandhi. ¿Quién podrá responder alguna vez de ello?


Si los estudiantes afro-asiáticos vienen a las universidades europeas como personas religiosas, en su mayor parte se marcha en Europa como ateos, como seres sin Dios. Es cierto que ellos han aprendido en nuestros países la técnica, el twist, el rock, pero no han conocido a nadie que haya convertido a Dios en el centro de su vida. Y por esa razón no creen más en Él. Como líderes de sus pueblos jóvenes edificarán los nuevos Estados sin Dios. Nosotros ¿En qué forma podremos responder de ello alguna vez?


Los hombres necesitan siempre seres que les sirvan de ejemplo. Ellos precisan ver un corazón ardiente o a un hombre entusiasmado; después están en condiciones de creer en la grandeza arrolladora de Dios. Más ¿Cómo han de calentarse los corazones fríos sino encuentren en ninguna parte el ardor de Dios?


Los jóvenes salen del colegio y entran en las empresas como aprendices. A los pocos meses están adiestrados por los compañeros de mayor edad. El tema número uno es el sexo. Dios es aire y burla.


Para nosotros los cristianos habrá una vez una responsabilidad muy dura. ¡En el juicio final tendremos que reconocer que los infieles, no pudieron encontrar por culpa nuestra, la fe en Dios! Los pecados graves de las personas creyentes repugnan a los que no creen. Y la repugnancia contra los cristianos se convierte en repugnancia hacia Dios y hacia la fe. Los que se han apartado ven a los cristianos como seres brutales, desconsiderados y egoístas. Pero, según su parecer la religión se vuelve antipática y sin valor alguno, porque aparentemente no tiene la fuerza de hacer mejores a las personas.

Por estar compuesta de pecadores, también la iglesia en su totalidad comete continuamente faltas en razón de las cuales los seres se sienten repelidos por la religión. La fuerza divina que se halla en la religión ha sido oscurecida a menudo por muchos pecados en tal modo que los hombres, desengañados, han dado la espalda a esa iglesia. Con ello, con frecuencia perdieron también su vinculación a Dios.


Tenemos que temer la responsabilidad que llevamos los unos para los otros, que no vacilen los demás en su fe en Dios, por culpa nuestra; que no permanezcan en las tinieblas por nuestra culpa, porque ellos no ven ninguna luz en nosotros.»

De los párrafos transcritos se concluye una verdad que realmente asusta y atemoriza: SOMOS CORRESPONSABLES DE LA PÉRDIDA DE LA FE DE MUCHOS DE NUESTROS CONGÉNERES, DE MUCHOS DE NUESTROS HERMANOS. Pero aun así contamos con el Espíritu Santo que nos concede el discernimiento y la fuerza necesaria para solicitarle a Dios Padre, a Dios Hijo, con la intercesión de nuestra virgen madre María, madre de Dios y madre nuestra, que nos suministre la suficiente sabiduría y la suficiente disposición y fuerzas para enrolarnos en una campaña permanente, diaria, frecuente, cotidiana, absoluta y total para servirle al Señor en la difusión de su Palabra, de su Evangelio, en un asumir nuestra vida como testigos auténticos de Jesucristo, siendo nosotros ejemplos a emular, hacedoras de buenas obras, ejemplos de vida edificante y edificadora, de familia santa, de hijos respetuosos y subordinados a la voz de Dios. Elevo al Señor mis oraciones para que estas peticiones que hemos formulado, sean provistas para la gloria y la honra del Señor. Amén y amén.

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Oración: “Creo en ti, Dios de la Vida”.

Por Mervy Enrique González Fuenmayor.

Tomada de su versión original del miércoles 04 de junio de 1997.

Trasladada a la red el miércoles 25 de febrero de 2009.

Ciudad y Municipio Maracaibo del Estado Zulia, República de Venezuela, América del Sur.

(Fragmentos elegidos de la sección: «MERVY GONZÁLEZ ESTÁ CONVERSANDO CON…» que formó parte de un programa radial en el que participó como conductor por espacio de cuatro años aproximadamente: 1996, 1997, 1998, 1999, que se trasmitía en una estación radioeléctrica ubicada en la ciudad de Maracaibo, Estado Zulia, República de Venezuela, América del Sur).


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ORACIÓN —

¡Cómo disfruto al escuchar tu Palabra!

Hazme sentir tu gracia, Señor,

al paso de la brisa matinal.

Eres Palabra de hombre

pronunciada con voz de eternidad.

Habla señor.

Quiero escucharte y nada más.

Enséñame a amar.

Labra en mi corazón y mis entrañas

el mandamiento de tus labios.

¡Qué bello es adorarte! ¡oh! Dios.

Lavando los pies a todos los olvidados.

¡Qué lindo es proclamar tu nombre

con gestos de servicio a los demás!

Revélame tu cuerpo en mis hermanos

y que te adore en el amar.

Soy tu imagen, Señor.

En la moneda de mi cuerpo

brilla la imagen de tu rostro.

Soy tuyo. A ti me elevo.

Té eres mi César, mi único Señor.

Toma mi vida entre tus manos.

Haz de mí lo que tú quieras.

Si soy moneda de tu amor,

¿puedo acaso tener mayor riqueza?

Creo en ti, Dios de la Vida.

Yo creo firmemente

que tú eres Dios de amor,

en ti no hay muerte

ni sombra de condenación.

Eres Dios de la luz.

El gozo de mi eterno amanecer.

Eres Dios de la vida,

Pascua Florida de mi salvación.

Amén y amén.



— APLICACIÓN A NUESTRA VIDA —


¡QUÉ HERMOSO! ¡QUÉ MARAVILLOSO ES PLATICAR CON EL SEÑOR. Es manifestarle al Señor nuestro gozo. Es declararle al Señor nuestra gratitud por el inmenso amor que Él nos dio, nos da y nos dará. Por ello llegamos al punto exacto de todo este hermoso misterio que es la revelación del Él mismo, escondido en los siglos, en Jesús. Jesús, que es la plenitud de los tiempos y la consumación de la obra creadora. Es Jesús el significado profundo de su Pasión y el porqué de la presencia del Espíritu Santo en cada uno de nosotros. Se trata nada menos que de realizar la unión entre la criatura y el creador. Entre el Padre que es Dios y sus hijos que somos nosotros. Y esta unión no es una unión natural, sino una unión vital. El hombre tiene que esforzarse por entrar en la Vida, en la Vida Divina. En aquella definida por Jesús como conocimiento sobre todo. No puedo amar lo que no conozco y Dios que lo sabe mejor que yo, no pudo llamarme a su amor, y menos aún, obligarnos a Él, justamente con el primer mandamiento: AMARÁS A DIOS SOBRE TODAS LAS COSAS, sin hacernos posible previamente su conocimiento. Es decir, conocemos al Señor aunque no lo veamos, porque su presencia está en nosotros por siempre y para siempre. Pero no se trata de un conocimiento natural o racional de Dios, ni un conocimiento analógico al que tengo acceso por la razón y el buen sentido. Aquí se trata de ese conocimiento verdadero que nos viene por intermedio de la fe. Es el mismo conocimiento que tendré, cuando rasgado el velo de la fe contemple a Dios, cara a cara, y solamente Dios puede darme este conocimiento, porque solamente Él puede decirme lo que es. Amontonando todos los razonamientos humanos sobre Dios, no lograré elevarme ni siquiera un centímetro sobre mi estatura, pero aceptando su revelación, hermano y hermana, entro de lleno en el misterio, participo en su filiación y vivo en su misma vida. La verdadera dimensión del cristiano es la Vida Divina, que se halla en Él. La verdadera preocupación, amigo y amiga que me lees, es el conocimiento de Dios. Es la preocupación de los cristianos, porque esta preocupación por conocer a Dios nos arrastrará hacia los caminos de amor, de caridad, que tal y como dice San Pablo: es un bien superior a cualquier otro, pues consiste en la presencia de Dios mismo en nosotros ¡ÁNIMO!, ¡GOZO!, ¡ALEGRÍA!



— NOTA DEL AUTOR —


AMIGOS Y AMIGAS, esta oración con comentario incluido, forma parte de una larga lista de ellas y que movido por el Espíritu Santo, ofrendaba al Señor de Lunes a Viernes a las siete de la mañana, en un programa radial de opinión, en el que participaba en compañía de una periodista, en el cual mi persona le dedicaba tres minutos o más (dependiendo de la Producción y/o de Máster) a orar y analizar esa oración aplicándola a la cotidianidad de nuestra vida, de nuestros actos, de nuestras alegrías, tristezas, éxitos, fracasos, tragedias, tribulaciones, bonanza, prosperidad, bienestar, etc. Todo con la intención de establecer como verdad aquella según la cual Dios siempre está con nosotros, que todo lo que nos ocurre es para bien, que existe un plan o proyecto de salvación para cada uno de nosotros diseñado por el mismísimo Dios, cuyo cumplimiento, decisión y elección depende de ti. Así que —parafraseando la escritura bíblica— «DIOS NOS HIZO SIN NUESTRO CONSENTIMIENTO, PERO NO NOS SALVARÁ SIN QUE LE OFREZCAMOS ESE CONSENTIMIENTO». Es decir, nuestro permiso y autorización. El Señor es un caballero, y estará siempre a las puertas de nuestro corazón, para que le abramos y que pueda entrar para guiar nuestra vida y ofrecernos su santidad, gozo, alegría, discernimiento, sabiduría, y sus infinitos dones espirituales y materiales.

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