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Posts Tagged ‘sonrisa’


Vídeo Reflexivo: “Sonreír nos enriquece”.

Grabado el martes 30 de diciembre de 2008.

Trasladado a la red el viernes 30 de enero de 2009.

Comentario de Mervy Enrique González Fuenmayor

Ciudad y Municipio Maracaibo del Estado Zulia, República de Venezuela, América del Sur.

SONREÍR ES UNO DE LOS MEDICAMENTOS más eficaces para la salud óptima de los seres humanos. Este medicamento es totalmente gratuito y no es necesario trasladarnos a la farmacia, botica, expendio de medicamentos ni a ningún otro sitio para adquirirlo, basta que queramos sonreír para que la sonrisa fluya de nuestros labios. De todos es sabido que para permanecer serio se requiere la utilización de un número mayor de músculos que aquellos que se necesitan para estar sonriente. Además ofrecer una sonrisa no cuesta nada y por el contrario seguirá infinitas satisfacciones, gracias y un ambiente muy especial proveniente de las personas a quienes les hemos brindado nuestras sonrisas. Por el hecho de que brindes, ofrezcas y regales cualquier número de sonrisas, ello no afectará tu patrimonio económico, espiritual o psíquico. Todo lo opuesto: tu alma se sentirá más libre, más agradable, más liviana, en sintonía con tu alrededor, con tu entorno y fundamentalmente con Dios y contigo mismo. Nadie es tan pobre, ni tan rico, que no necesite una sonrisa. Piensa en ello cuando te encuentres triste y algunos de interlocutores o de las personas que se vinculan contigo te ofrezcan una sonrisa. Reflexiona sobre el valor, el impacto, el efecto que tiene sobre ti… realmente hallarás una especie de bálsamo que aliviará, moderará, tus penas y tus tristezas, tal es la importancia, la pertinencia, la necesidad, lo saludable y benéfico sonrisa.

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Vídeo Reflexivo: “Vive alegre”.

Grabado el martes 30 de diciembre de 2008.

Trasladado a la red el domingo 18 de enero de 2009.

Comentario de Mervy Enrique González Fuenmayor.

Ciudad y Municipio Maracaibo del Estado Zulia, República de Venezuela, América del Sur.

Los conocedores del tema conductual, emocional y social han afirmado que nuestros estados de ánimo constituyen una actitud, más que un estado real. De esta manera también aseveran que si tú piensas que estás mal, el resultado de este pensamiento o actitud devendrá en una situación o estado de malestar, de tristeza, de contradicción, de aburrimiento o de turbulencia emotiva. De tal modo que debemos cuidar nuestra forma de pensar, nuestra forma de hablar y nuestra forma de actuar. Si en las profundidades del nuestra intimidad, de nuestra conciencia, de nuestro ser y de la forma en que percibamos el mundo y la vida, se encuentran unas bases construidas sobre un modo de pensar negativo, ideas absurdas, concepciones y doctrinas pesimistas, mentiras transmutadas en verdades dañinas y peligrosas, postulados y principios descorazonadores, desconcertantes, preñados de tristeza, desolación y muerte, entonces es obvio el resultado: una persona sumida en el derrotismo, en el complejo de inferioridad, en el aura de la tribulación y la tragedia, de la incapacidad y de impotencia, de la parálisis y del fracaso. De allí que es necesario levantar nuestro ánimo, nuestra disposición, porque no estamos solos, la misericordia del Señor nos acompaña siempre, en todo momento y en todo lugar. No tengas miedo, no sientas temor alguno, no pierdas tu fe.

(Tomado de GONZÁLEZ FUENMAYOR, Mervy Enrique. Comentario al Vídeo Reflexivo: “Levanta tu ánimo” SPE / SPI 2008. Disponible en http://www.mervyster.blogspot.com).

En otro orden de ideas es necesario que entendamos definitivamente que somos parte del mundo, pero no somos sus ciudadanos; somos criaturas hechas a loa imagen y semejanza de Dios y en consecuencia vestidos con su Santidad, porque si bien somos seres carnales, también somos espirituales. De allí que debemos evitar caer en las tentaciones de la carne, tal como decía son Pablo: la carne conspira contra el espíritu. Esto nos obliga a fortalecer nuestra esencia espiritual, para poder resistir las flechas incendiarias del demonio. La sana alegría es señal de salud mental y de profunda vida espiritual. En consecuencia la persona necesita cultivar su mundo interior, debe generar los frutos de armonía, de equilibrio, de ecuanimidad para contribuir a crear las condiciones necesarias para que la alegría reine en su corazón, beneficiando de esta manera a su yo individual, a sus semejantes, a su familia y a toda la sociedad. Para estimular tu alegría debes prescindir de las apetencias carnales, de las apetencias a animales, profundizando y desarrollando tu lado espiritual. No debemos olvidar que la dignidad es consustancial al ser humano y que ella debe orientar no solamente nuestras actuaciones, sino también nuestros pensamientos y emociones. ¡ÁNIMO! ¡GOZO! ¡ALEGRÍA!

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Vídeo Reflexivo: “Los frutos de la simpatía”.

Grabado el jueves 11 de diciembre de 2008.

Trasladado a la red el miércoles 14 de enero de 2009.

Comentario de Mervy Enrique González Fuenmayor.

Ciudad y Municipio Maracaibo del Estado Zulia, República de Venezuela, América del Sur.

Poseer simpatía es un don y al mismo tiempo una actitud, una forma de conducirnos y un particular modo de actuar en cada una de las situaciones que nos toca vivir o en las profesiones o funciones que nos toca desempeñar. Aparentemente la simpatía pudiera ser algo con lo cual se nace. Ello de cierta manera es correcto. Genéticamente podemos ser simpáticos o antipáticos. De personalidad estable o inestable, de carácter severo o ligero, de hablar recio o suave; del mismo modo pudiéramos ser agresivos o pacíficos, introvertidos o extrovertidos, etc. Pero la simpatía aunque no se nazca con ella se puede cultivar, se puede desarrollar, se le puede enseñar a alguien antipático cómo no serlo y además desarrollar un aprendizaje para lograr ser simpático. En principio la simpatía nos viene de nuestras interioridades, de nuestra personalidad, de nuestras actitudes y de la forma en la cual percibimos el mundo que nos rodea, así como la calidad o características que particularmente le asignemos al modo de relacionarnos y a las relaciones sociales propiamente dichas. El lector sabe a ciencia cierta las consecuencias de mostrarnos simpáticos frente a nuestros géneros o actuar antipáticamente. En el primer caso resulta obvio que la adquisición de nuevos amigos, el buen trato en la relación relaciones con los terceros, el logro de las metas o propósitos perseguidos, tienen en la persona simpática casi todo el camino recorrido y evidentemente una gran ventaja para obtener mejores resultados en su vida social, económica, política, académica, religiosa y en cualquiera de los aspectos en los cuales se mueva. Para el antipático la vida, las relaciones sociales o de cualquier otro tipo, constituyen una cuesta empinada que le costará mucho subir, si no cambia su antipatía. Cuando este sujeto se vincula con los demás generalmente genera rechazo, contradicción y a veces en extremo: repulsión.

(Tomado de GONZÁLEZ FUENMAYOR, Mervy Enrique. La Nota Corta: Nosotros y la Simpatía. SPE / SPI 2008. Disponible en http://www.justicerman.blogspot.com).

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